10.11.11

A 15 días del Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres: ¡Sí, soy bruja!

¡Hoy es uno de esos días en los que me reafirmo como bruja!  Bruja buena, claro.  Pero bruja.  Porque en este país, toda mujer con criterio propio y la disposición para criticar el sistema se considera de inmediato como una bruja... y esa es otra forma de violencia en contra de las mujeres.

A nivel internacional, el acceso a la educación sigue siendo negado a millones de niñas y mujeres jóvenes.  La insistencia en relegarles a la esfera de lo doméstico, convierte en impensable la idea de que tenemos derecho a estudiar y a desarrollar nuestra inteligencia plenamente.  Sin embargo, pensar que en Puerto Rico esto está superado, es una falacia.

A pesar de las estadísticas de mujeres estudiando en las universidades de la Isla, todavía encontramos personas que esperan que las mujeres estudien para ocupar posiciones en las cuales obedezcan, atiendan y apoyen a otras personas.  Disentir, pensar, hablar y actuar en contra del sistema equivale a contradecir a los dioses que el patriarcado nos impone: el marido, el pastor, el jefe, el padre, el propio sistema en el cual vivimos.  Es por eso que una secretaria de la Familia se atreve a decir que las mujeres deben ser como las mamás gallinas, que un senador atribuye a las madres solteras la criminalidad rampante en la Isla y un gobernador se ampara en una campaña de "promesa de hombre" como único remedio contra la violencia en relaciones de pareja.

Nos quieren "santas" porque las "santas" obedecen, complacen y se ajustan a la realidad que una tercera persona les impone.  Es la extensión del voto de obediencia y castidad que hacen las religiosas católicas...

Así que, cuando como mujeres abrimos los ojos y entendemos los por qués de tantos eventos de nuestras vidas (la exclusión de un equipo deportivo, la obligación de casarnos vírgenes, la expectativa de que seamos madres y dejemos el trabajo, la presión para que permanezcamos sumidas a la sombra de un hombre) estamos obligadas por nuestras conciencias a ser brujas y rebeldes.  Hoy admito que soy bruja.  Ayer también lo era.  Mañana también lo seré... y así, bruja buena que actúa desde el amor a la justicia y a la dignidad humana, hoy dedico esta entrada a otras tantas brujas que amo y respeto y a las tantas otras que aún no conozco pero que sé que están por el planeta haciendo conjuros por la paz y equidad para todas las mujeres (¡y los hombres también!).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...